miércoles, junio 28, 2006

Se va la vida...

El lunes estuve dentro de un teatro del Parque Mayer; y a pesar de que sólo han pasado dos días, este recuerdo ya pertenece a un pasado muy lejano. Será un recuerdo para el futuro, un recuerdo cabezota, un pequeño homenaje a un lugar que muy pronto desaparecerá...

Durante décadas el Parque Mayer fue considerado como la "Broadway portuguesa": un espacio amplio dentro de la ciudad lleno de teatros, donde noche tras noche se representaban revistas y musicales. La vida cultural y nocturna pasaba por aquí; las grandes vedetas lucían sus voces y pasos de baile y los aplausos rebotaban contra las paredes, ensordeciendo los agradecimientos.

Hoy ya no queda nada; ni los ecos ni las luces, ni el brillo de una lentejuela. El lugar parece un descampado y apenas uno de los teatros continúa en funcionamiento, junto a un par de restaurantes. El resto de los edificios aún se mantiene en pie, con sus cristales rotos y el aspecto descuidado, con el eco de sus glorias pasadas.

Pero este lunes ocurrió un milagro; uno de esos momentos en los que el pasado vuelve con fuerza y nada lo detiene. Nosotros no eramos los mismos de antes, pero aún así uno de los teatros del Parque Mayer despertó; y además para acoger a un grupo que no podría haber encontrado un lugar mejor para maravillarnos.

Bajofondo tango club es una sorpresa para los sentidos: una mezcla de tango con cualquier otra música que, como dijo Gustavo Santaolalla, escuchan en sus casas, en la radio, en la calle...todas las influencias sobre el tango, el tango latiendo sobre todas ellas. El teatro parecía un lugar secreto, oscuro e íntimo, temblando ante los gemidos del bandoneón o del melancólico lamento del violín corneta.

Los momentos únicos existen. A veces pasan desapercibidos frente a nosotros con asombrosa facilidad, otras no. Se quedan. En el fondo de los ojos, en la punta de los pelos del brazo cuando se nos erizan ante un sonido más especial que el otro, en la memoria de una noche que siempre permanecerá viva.

Quieren derribar todos los teatros y construir apartamentos de lujo, y a casi nadie parece importarle. Quizás no podamos salvarlos de su destino final, pero por una noche, sólo por una, las luces del escenario se volvieron a encender.

sábado, junio 24, 2006

Una primavera más

Se me han escapado los jacarandás. Desde que estoy aquí quiero fotografiarlos al inicio de cada primavera; deseo recoger sus ramas floridas de lila-azulado entre los negativos de mi cámara. Primavera tras primavera me burlan, riéndose de mi idea estúpida de que siempre se mantendrán así. Quizás es que me he vuelto vanidosa y pienso que me esperarán antes de perder sus flores, o tal vez es porque pienso que me sobra el tiempo y que mañana, mañana, mañana sí, de verdad que sí, mañana voy...

El caso es que se me han vuelto a escapar y Lisboa ya no es un gran jacarandá florido, ni sus calles una alfombra de pétalos y colores. El caso es ese... y también la convicción de que no me queda otro remedio que quedarme, un año más, aunque sólo sea para eso: para que en la próxima primavera pueda pensar de nuevo que un día he de salir, cámara en ristre, para fotografiar estos hermosos árboles que para mí siempre serán primavera.

jueves, junio 22, 2006

Instantes

A veces me quiero poner en la piel de los fotografos, pero no de aquellos que fotografían los miradores, las antenas sobre los tejados de Alfama, los rincones bellos, la mujer que sonríe, el niño que juega... No, pienso en los fotografos de la tristeza, en los que retratan la mano extendida del pobre y la vergüenza que provoca la miseria. Pienso en el dolor al apretar el botón, en el instante preciso del robo: cuando la tristeza cambia de manos.

A veces voy por la calle y esos instantes me asaltan en cada esquina: la fila frente a la cárcel, la niña solitaria cargada de bolsas que espera a su preso, los ciegos chocando contra los corremanos del vagón en el metro, los pobres frente a la puerta de la Iglesia de São Domingos, la más popular de Lisboa. Puedo fotografiar la fiesta de la diversidad o de la primavera, puedo robar gestos, los pliegues de una falda o la risa de un niño, pero lo que no puedo es robar el dolor.

Por eso, hay días que sólo vengo con palabras y con la tristeza ajena, que de tan cercana se vuelve propia, enganchada en la retina. Como hoy... que me quería parar y no he podido, para acercarme a la mujer que lloraba desfallecida en el pavimento, abrazada a consuelos extraños. Y la miraban desde los coches y desde todas las esquinas, y los flashes de sus ojos curiosos sondaban su dolor. Yo no sé porque lloraba, tampoco sé por qué no pare, cuando lo que quería era abrazarla.

martes, junio 20, 2006

Manos de viento

Ayer el viento quería leer conmigo. Se me arremolinaba tras la oreja, me besaba las manos y el borde de cada página, sonreía ante el caracol que se me forma en el cabello, justo en la sien. Entre sus vuelos locos y mis parpadeos de río, ni él ni yo conseguíamos pasar de la página cincuenta y dos; y la historia se quedaba volada, como una gaviota perdida, como un punto y aparte o una coma distraída.

Andábamos los dos a vueltas en el Parque das Nações, con el olor a río-mar enganchado a las letras y al crepitar de los labios, bajo la sombra de un pino y con la punta de los pies al sol, como si el tiempo no tuviera horas y nosotros fuéramos sus dueños. Estaba el río azul, y azul el cielo, y la vida, y el trino de los pájaros, y los pasos de los niños...

Y nosotros queriendo leer la vida en las páginas de un libro, y la vida toda emergiendo en un instante.

domingo, junio 18, 2006

Volviendo del tiempo

A veces el tiempo pasa lento; otras se nos escurre entre los dedos. A veces en unos días las historias se complican y se transforman en vidas completas. A veces vivimos pesadillas y otras veces sueños. Pero hay siempre una forma de volver, por muy lejos que estemos. No me gusta regresar sola de la batalla, no quiero llegar vacía, porque las tristezas también son tiempo, vida y camino.

Vengo con los zapatos nuevos, dispuesta a bailar, he vuelto con una fiesta, la fiesta de la diversidad...shhhhhhhhhhhh... escuchad...reíd...mirad...