miércoles, diciembre 13, 2006

Ser feliz

Todos los martes y jueves, atravieso la ciudad para ir a clases de francés. Es siempre el mismo camino: tres líneas de metro diferentes, tres espacios de espera, tres llegadas y partidas. Ayer me di cuenta de que he creado una rutina de pasos, y una costumbre, un instante que se repite cada semana y que se convierte en mi redención diaria.
En la estación Marqués de Pombal, hay que recorrer un amplio camino para cambiar desde la línea amarilla a la línea azul, desde el girasol a la gaviota, aunque ya nadie las llame así. Hicieron una pasarela automática, de esas que parecen una alfombra rodante, pero yo prefiero caminar.
Y llega entonces la epifanía, el instante que lo cambia todo, cuando cierro los ojos y recorro el pasillo vacío. El silencio apenas interrumpido por los trenes que llegan, por una voz pérdida de adiós, por el sonido mecánico de las escaleras que suben y bajan. Y yo camino, de ojos cerrados, de sonrisa puesta, y mis pies parecen alas. El mundo desaparece, se aleja y, durante los segundos que dura mi camino ciego, los problemas se quedan atrás, junto con todas las palabras.
Quizás quien me vea me llamará loca, yo le diría que, en ese momento, lo que soy es feliz...

5 Comments:

Blogger Unknown said...

....ah!.... si, eso lo conozco bien.... a mi no me ocurre en un lugar concreto, sino que a veces, paseando por la ciudad, descubro que el paisaje se ha compuesto exclusivamente para mí, que nadie más se da cuenta de la belleza que me rodea.... si, podría decirse que también, entonces, soy feliz.... me alegro por tí.... :)

9:34 p. m.  
Blogger mirada said...

Un abrazo enorme, preciosa.
Ójala que la dicha te acompañe cada día de este nuevo año. Guadalupe.

1:18 p. m.  
Blogger Paty said...

Hola!! Qué gusto al fin darme el tiempo para regresar por acá...

Te dejo un abrazote cargado de buenos deseos y bendiciones. Todo lo mejor para ti en este año!

5:03 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

yo tambien cierro los ojos y sonrio, pero no solo en Marques de Pombal, sino en cada callecita de este pueblo grande.

"un gallo que le cante al empire state building,
con toda su pasión
y la esperanza
de parecer iguales
o de serlo"

boa sorte!

6:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

EL viajero desperto y vio ese paisaje, esa vida, esa gente y decidio quedarse para siempre.

Creo que eso te paso a ti¡¡

Precioso blog, yo me decidí a empezar uno, bueno lo empecé hoy.
Si quieres entrar en mi rinconcito esta en amaneceres.hazblog.com

Encantado de haberte leido

4:09 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home