domingo, octubre 08, 2006


Es Lisboa, desde aquí, la que ahora parece lejana. Apenas se dibuja como una línea en el horizonte. Me gusta caminar por las calles de Seixal e imaginar como sería mi vida aquí: compraría el pan en aquella panadería; pasearía por aquel parque, por la mañana o al inicio de la tarde, y me sentaría en sus bancos a leer; y saludaría cada día a aquel perrito lindo que me miraba divertido mientras le hacia la fotografía. Dormiría en aquella buhardilla azul y me despertaría con las sirenas de los barcos o con el canto de los pájaros en los árboles de las traseras, sería seixalense y la otra orilla parecería extraña y lejana, quizás sin valor ni brillo...