domingo, octubre 08, 2006


Si buscamos bien incluso dentro de las perlas podemos encontrar aún más tesoros. Porque la Quinta da Fidalga es precisamente eso: un tesoro oculto. Perteneció al hermano de Vasco da Gama, aunque la actual vivienda central fue reformada en el siglo pasado. Apenas se pueden visitar sus jardines, pero quizás sea precisamente éste su mayor atractivo. Los naranjos cargados esparcen su aroma en el calor monótono del principio de la tarde, las estrelicias sobresalen entre el verdor de los árboles y plantas y la carretera, aunque cercana, no se siente. Caminamos, caminamos y volvemos a caminar, e imaginamos ser quien no somos, en otra época, en otro espacio, en la otra orilla...

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me parece un relato fresco, me gusta mucho porque llega un momento en que estoy alli. Me gusta la atmosfera que creas, las fotos son muy buenas por eso permite reforzar lo que estas creando!

MUY MUY BUENO!

Besitos
Cesar

5:42 p. m.  

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