lunes, octubre 16, 2006

No puedo menos que aplaudir ante el encerramiento de actores y espectadores en el teatro Rivoli de Oporto, como protesta ante su privatización, que decidieron prolongar una obra hasta la realidad de las calles y de los problemas a los que tiene que enfrentarse la cultura libre.

A las treinta personas que permanecen encerradas desde hace doce horas se han unido otras centenas que corean Rivoli, Rivoli, Rivoli...frente a la verja cerrada del teatro, que más que separar une a los portuenses en una lucha común.

Es agradable despertar con la sensación de que no nos pueden acallar completamente, que siempre encontraremos una fuerza para luchar, para gritar, para defendernos... Desde aquí envío mi apoyo a Oporto y a esas personas que creen que la cultura está por encima del dinero y de los negocios, a esas personas de la calle que también lanzan sus gritos para defender lo que les corresponde por derecho.

Rivoli, Rivoli, Rivoli!