Manos de viento
Ayer el viento quería leer conmigo. Se me arremolinaba tras la oreja, me besaba las manos y el borde de cada página, sonreía ante el caracol que se me forma en el cabello, justo en la sien. Entre sus vuelos locos y mis parpadeos de río, ni él ni yo conseguíamos pasar de la página cincuenta y dos; y la historia se quedaba volada, como una gaviota perdida, como un punto y aparte o una coma distraída.
Andábamos los dos a vueltas en el Parque das Nações, con el olor a río-mar enganchado a las letras y al crepitar de los labios, bajo la sombra de un pino y con la punta de los pies al sol, como si el tiempo no tuviera horas y nosotros fuéramos sus dueños. Estaba el río azul, y azul el cielo, y la vida, y el trino de los pájaros, y los pasos de los niños...
Y nosotros queriendo leer la vida en las páginas de un libro, y la vida toda emergiendo en un instante.
Andábamos los dos a vueltas en el Parque das Nações, con el olor a río-mar enganchado a las letras y al crepitar de los labios, bajo la sombra de un pino y con la punta de los pies al sol, como si el tiempo no tuviera horas y nosotros fuéramos sus dueños. Estaba el río azul, y azul el cielo, y la vida, y el trino de los pájaros, y los pasos de los niños...
Y nosotros queriendo leer la vida en las páginas de un libro, y la vida toda emergiendo en un instante.
5 Comments:
La vida... siempre está allí, tras páginas de un libro, tras las risas y tras las lágrimas... Que bien tenerte de vuelta...
Besos
Que bien tenerte a ti de vuelta, Martika
un beso
M.
ambos, libro y lectora compartiendo mutuamente las historias que contienen...
un beso!
Fermosa... moito.
Biquiños, raíña, milleiros.
la vida irrumpe, fluye, se nos viene a chorros como el tiempo, aluvión de mierdas y dichas constantes, unas detrás de otras, mesetas a veces, caídas, anos contra natura y la carrera del hamster.
cariños.
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